A mediados de los 60, un joven teniente del Ejército de Chile con habilidades notables en el alpinismo, conoció a un conde italiano, con quien conquistaría las entonces inaccesibles Torres del Paine y llegaría al punto cero del Polo Norte. Dos expediciones cuyo relato documental y fotográfico estaba guardado hasta ahora.
Era 1954 y bajo la presidencia de Carlos Ibáñez del Campo, se fundaba la Escuela de Montaña del Ejército de Chile Río Blanco. Fue ahí donde comenzó todo. Dada las tempranas habilidades y dotes que mostró como montañista, el entonces teniente del Ejército, Arturo Aranda Salazar, logró ganarse una beca para viajar a Italia, a la Escuela Militar Alpina de Aosta. Allá destacó de inmediato, y terminó entablando una amistad con el conde italiano Guido Monzino, alpinista avezado, junto a quien integraría más tarde dos extraordinarias expediciones: Torres del Paine (1957-1958) y la conquista del Polo Norte (1971).
Ese es el épico relato que aborda “De la Patagonia al Polo Norte: italianos y chilenos en la conquista de las últimas fronteras del mundo”, la nueva exposición de Casa Museo Eduardo Frei Montalva, cuya investigación y curatoría pertenece a tres estudiantes del Máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de los Andes: Josselin Aranda, Juan Pablo Valdés y Raúl Ruz. A través de fotografías y texto, la muestra recorre estas fascinantes expediciones y dan cuenta no solo de parajes indómitos y monumentales, sino también del tesón de un equipo que estaba dispuesto a dar hasta su último suspiro por llegar a cumbre.
Conquista de la Patagonia
La expedición a Torres del Paine (1957-1958), a cargo del conde Monzino, contó con la participación de integrantes de Italia y Chile, quienes llegaron la Cumbre Bariloche, el Paine Grande y la Torre Norte. Tras ese éxito, Monzino invitó a participar de una nueva exploración a Arturo Aranda Salazar, quien entonces ya era mayor del Ejército. La aventura en dicha ocasión sería la fase preparatoria a la conquista del Polo Norte en Groenlandia Occidental en 1969. No obstante, la misión se inició en 1971, enfrentando al mayor Aranda a uno de los desafíos más importantes de su vida.
Un histórico hito
Solo con vestimenta esquimal y trineos tradicionales, tirados por más de 250 perros, llevaron a cabo la conquista del Polo Norte, transformándose en la segunda llegada de un grupo humano al punto cero del planeta. Contra todo pronóstico, el 19 de mayo de 1971 y luego de una travesía de 78 días, el equipo consiguió la anhelada meta tanto para Italia como para Chile. En palabras de Arturo Aranda Salazar, actual brigadier (r) del Ejército, “siempre predomina en los grandes hitos alcanzados la bandera de gloria, la patria. El nombre de exploradores y alpinistas queda inscrito en la historia como un ejemplo de esfuerzo, valor, presencia de ánimo y un legado para las futuras generaciones”.